MONTENEGRO Y ALBANIA

Etapas:

2/11/2013 Dubrovnik – Bacici (127 Km). (Entrada en Montenegro).

3/11/2013 Bacici – Vladimir (73 Km).

4/11/2013 Vladimir – Tirana (114 Km). (Entrada en Albania).

5/11/2013 Descanso en Tirana.

6/11/2013 Descanso en Tirana

7/11/2013 Tirana – Dragostunjé (83 Km).

Montenegro y Albania

Al despertarme en Dubrovnik, me preparo para continuar la ruta y dejar atrás Croacia. Antes de subirme de nuevo a la bicicleta, contemplo por última vez las vistas de la ciudad costera. Al poner rumbo a la frontera, dejo atrás  las maravillosas playas croatas, las kunas, el buen tiempo y a su amable gente.

DSCN0331(Colorado On The Road frente el puente de Dubrovnik)

Al entrar en tierras montenegrinas,  me  reciben las vistas de un enorme valle entre las montañas cubiertas por el denso bosque. El día trascurrió tranquilo y por el camino me detuve para visitar la ciudad amurallada de Korlok, la cual, a pesar de estar plagada de tiendas, restaurantes y bares, conserva la estructura antigua original.

El final del día lo pase en la ciudad de Bacici, donde me dispuse a dormir al raso en su playa. Pude encenderme un fuego y cocinarme la cena mientras me calentaba. La noche parecía que iba a ser agradable, pero en plena madrugada comenzó a llover. Interrumpido mi descanso y ante la imposibilidad de clavar las piquetas para  montar la tienda en la blanda arena de la playa, mi último recurso fue sacar la cubierta impermeable de la tienda,  y ponérmela por encima como aislante hasta pasar el aguacero.

No fue una noche muy reconfortante, y me hizo pensar mucho a la mañana siguiente sobre los pros y contras de dormir al raso o en la tienda:

  • Siempre me es más fácil organizar el equipo al dormir al raso, tengo más movilidad  y es más rápido recoger el campamento por la mañana. Además tengo una visión de 360 º, y mayor capacidad de reacción por si algo sucediera. Pero dormir de esta forma conlleva estar  expuesto a las condiciones climatológicas, a los mosquitos y a los insufribles insectos, los cuales corretean por mis brazos, manos y cara, y que en mitad de mi descanso solo hago una pelotilla con ellos lanzándolos lejos sin importarme de que se tratara.
  • Por el contrario, dormir en la tienda siempre me proporciona mejor descanso, estoy más cómodo y caliente, exponiéndome  menos al tiempo y a los insectos. Pero encontrar el lugar idóneo para montar la tienda no siempre es tarea fácil. Lleva más planificación, tengo menos visión de mis alrededores, de tiempo de reacción y es más laboriosos.

Una vez hecho el análisis para estar mejor preparado a la hora de valorar las opciones del campamento, me puse en marcha por las carreteras costeras de Montenegro. El soleado día no dejaba indicio alguno de la noche pasada por agua, y me traería una agradable sorpresa  al cruzarme con otro cicloturista por el camino.

Jorge Aguayo, un joven informático chileno de 29 años, que inicio un viaje desde Sudáfrica hacía ya 14 meses. La conversación se prolongó largo tiempo y las anécdotas  iban surgiendo cada vez más y más. Jorge me dio valiosos consejos para continuar de forma más segura el viaje, los cuales aplique a mis reglas del viajero:

#8. Ante todo, evitar salir de la tienda por la noche.

#9. Antes de acampar, avisar a los hogares cercanos. Mejor advertir de tu presencia.

Lamentablemente, la larga y entretenida conversación llego a su fin. Jorge debía continuar su viaje hacia el norte, y yo el mío hacia el sur. Lástima no haber compartido destino para poder haber pedaleado varios kilómetros juntos. Jorge me demostró ser un aventurero de los pies a la cabeza, y sobre todo, ser  una gran persona.

DSCN0343(Colorado On The Road junto a Jorge Aguayo)

El final del día me llevo a dormir a escasos kilómetros de la frontera albanesa, en un pueblo llamado Vladimir donde pude acampar. La mañana siguiente entre en Albania, y no me hizo falta recorrer muchos kilometro para darme cuenta de que estaba en un país totalmente diferente a todos los anteriores.

La carretera hacia la capital era bastante caótica y mal asfaltada. Los conductores iban como locos haciendo peligrosos adelantamientos, las motocicletas contaban en muchas ocasiones con 3 y hasta 4 ocupantes, y claro está, ni rastro del casco de seguridad. A los lados de la carretera había continuamente puestos de fruta, carne y pescado, que dejare volar vuestra imaginación para haceros una idea de las condiciones de higiene. Los carruajes tirados por burros se mezclaban en ocasiones con el tráfico de la concurrida carretera, y en un momento que paré en una gasolinera para informarme de  cuanto faltaba para llegar a Tirana, me sorprendió hablar con el operador de la gasolinera, fumándose un cigarro mientras surtía un coche… con dos coj…!

A pesar de todo, los albaneses son gente amable, simpática y la mayoría habla mejor el italiano que el inglés, por lo que no me fue difícil mantener conversaciones con ellos.

Mi buen amigo Nuño Torres, me paso el contacto de una conocida amiga suya albanesa. Al final de la etapa, llegue a Tirana donde me esperaba Sela y su hija pequeña Juma, quienes me recibieron en su casa y me trataron como a uno más de la familia. Sela me invito a pasar dos días de descanso en su casa para poder recobrar fuerzas, lavar la ropa y darme una necesaria ducha.  Sela cada día cocinaba deliciosos platos y me servía siempre las raciones más grandes de comida, sorprendida por mi voraz apetito.

En todo momento, pude disfrutar de la encantadora compañía de la pequeña Juma, quien hacia los deberes al volver del colegio mientras yo actualizaba el diario de viaje en el ordenador.

La mañana que iba a continuar con el viaje,  no hice caso al despertador y me puse en pie justo después de que Juma se fuera al colegio, perdiendo la ocasión de despedirme de ella. Pero no me iba a ir así por las buenas, por lo que espere hasta que volviera para poder despedirme con un buen abrazo de esta ternura de niña.

DSCN0349(Colorado On The Road junto a Sela y Juma)

El momento de partir me fue muy difícil despedirme de esta familia. Sin conocerme de nada me  trataron como uno más, me  alimentaron como un campeón, estuvieron pendientes de mí en todo momento y antes de partir, Sela tuvo el gran gesto de llenarme las alforjas de comida suficiente para los próximos dos días. Sin duda alguna, se han ganado el cielo conmigo.

Esa misma tarde retome la ruta por las carreteras albanesas rumbo a Grecia. Llegada la noche, el camino que atraviesa el territorio montañosos albanes me aguardaban una sorpresa justo entre dos pueblos. Una jauría de perros salvajes salió de la maleza y comenzó a perseguirme. En un principio no le di mucha importancia, son solo perros pensé. Pero en pocos segundos me tenían casi rodeado, gruñendo  y ladrando rabiosamente. Por suerte en ese momento la carretera era de bajada y  me costó poco esfuerzo dejarlos atrás. El asfalto me favoreció, de lo contrario una repentina subida me hubiera obligado a detenerme y valerme de mi pala desmontable como única defensa, para liarme a palazos con tales  desconsiderados caninos.

Al final pude terminar la ruta y  acampar detrás de una cafetería de carretera, preguntando antes a la propietaria si no le incomodaba mi presencia, y ella sonriéndome, me dijo que no había ningún problema.

El terreno montañoso no me lo iba a poner fácil en mi último día en Albania , pero pude recorrer una gran distancia y disfrutar de las vistas del lago Ohrid camino a Pogradec, para finalmente cruzar la frontera  y entrar en territorio griego.

 0(Colorado On The Road a orillas del lago Ohrid)

Desde que inicie el viaje he  tenido la oportunidad de hablar con muchas personas, quienes al conocer la magnitud de mi proyecto  en solitario, siempre se han interesado por saber cómo es que no tengo miedo. Mi respuesta es siempre la misma: » Tengo miedo muchas veces».

Lo cual me ha llevado a una serie de reflexiones, ya que me doy cuenta que prácticamente todos los días hay alguna situación que me hace pasar miedo. Al estar expuesto continuamente a este sentimiento, cada vez dejo que  domine menos mis acciones, evitando que me bloquee y me lleve a tomar las decisiones menos indicadas.

Tener miedo es parte de la vida, solo los necios y los locos te dirán que nunca tienen miedo, y yo no me considero ninguna de las dos cosas. Pero si he decidido trabajar en convertir el miedo en una herramienta a mi favor. Intentar dominarlo y no dejar que se apodere de mí, me lleva a estar más atento, a pensar con más rapidez, a sacar fuerzas cuando no las tengo, a agudizar mis sentidos  y a despertar el más poderoso de los instintos, el de sobrevivir.

«No es valiente el que no tiene miedo, si no el que lo tiene y se enfrenta a él».

2 comentarios en “MONTENEGRO Y ALBANIA

  1. No se si habras tenido la opurtunisad de moverte por la costa albanesa xo toda la zona de DHERMI en adelante es sencillamente maravillosa !!! Eso y los lagos dl pais y su gente !!! UNA GRAN AVENTURA LA TUYA ! ADMIRABLE BRAVO BRAVO Y BRAVO!!! Mucha suerte y disfrutalo al maximo!!

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