ESPAÑA (EL COMIENZO)

Etapas:

1/10/13 Madrid- Torija (78 Km)

2/10/13 Torija- Alcolea del Pinar ( 84 Km)

3/10/13 Alcolea del Pinar – La Almunia de Doña Godina (146 Km)

4/10/13 La Almunia de Doña Godina – Peñalba (144 Km)

5/10/13 Peñalba – Cervera (146 Km)

6/10/13 Cervera – Barcelona (114 Km)

7/10/13 Descanso en Barcelona.

8/10/13 Descanso en  Barcelona (28 Km)

9/10/13 Barcelona – Girona (111 Km)

El comienzo

Suena el despertador, me levanto, voy al baño y me miro al espejo. Parece un día normal, pero no lo es. Hoy, 1 de Octubre de 2013 me dispongo a iniciar la aventura en solitario de dar la vuelta al mundo sobre mi bicicleta Orbea. Después de más de un año de planificación me parece casi irreal que este día haya llegado.

Desayuno, me visto y me dispongo a dar el último paseo de los próximos dos años a mi querido perro, Bruce. Cuando me dirijo hacia el salón para salir de casa, veo la bicicleta que hasta altas horas de la madrugada del día anterior estuve terminando de equipar,  la adrenalina se me dispara.

Llega el momento de las despedidas familiares, los consejos de última hora y por fin, salir a la carretera. Me dirijo a la Puerta de Sol, donde sobre la placa del Km cero de todas las carreteras españolas, inicio el viaje bajo el arropo de mis amigos que se han presentado para la ocasión.

Llegado el momento de iniciar la ruta, las primeras pealadas son tímidas y titubeantes, pero poco a poco, las ganas de emprender este gran proyecto me dan la seguridad para pedalear con firmeza. El primer objetivo, llegar a Barcelona atravesando Guadalajara, Zaragoza y Lleida.

 Image(Colorado On The Road segundos antes de iniciar el viaje en la Puerta del Sol bajo el arropo de sus amigos)

En este primer día, después de atravesar Guadalajara, acampe a las afueras de un pueblo llamado Torija. Apenas había realizado 75 Km, pero la noche se acercaba y  era hora de acampar. Con las prisas y la inexperiencia, elegí el lugar más incomodo, pedregoso, lleno de bichos y como no, de los insufribles mosquitos. Después de una austera cena, me dispuse a dormir y las malas sensaciones llegaron todas de repente… qué carajo hago yo aquí, me preguntaba, con lo agusto que estoy en mi casa…decidí ponerme una canción con el MP3 y el buen rollo me empezó a envolver, los malos sentimientos fueron sustituidos por unos increíblemente buenos y por suerte, conseguí dormir con una sonrisa de oreja a oreja.

El amanecer del segundo día fue perfecto y  cada vez iba a mejor al retomar la carretera, me sentía muy motivado, contento y con energía. Pedalee hasta llegar a un pueblo llamado Alcolea del Pinar y esta vez elegí el sitio perfecto para acampar, cómodo, sin piedras y bien ubicado. Después de haber cenado y antes de disponerme a dormir, me era imposible quitarme la idea de todos los sitios que me quedan por descubrir y por conocer. Entonces  una sensación de vértigo  y angustia me inundo debido a la magnitud del viaje en sí. En ese mismo momento decidí no ver más allá de una semana, centrarme en objetivos diarios y como máximo semanales. Así, poco a poco, paso a paso, pedalada a pedalada, objetivo a objetivo, alcanzaría las grandes metas de este viaje.

Todo iba bien aquella noche, dormía plácidamente y el descanso era gratificante, hasta que sobre las 04:00 de la madrugada, un sonido grave, ronco y violento se acercaba poco a poco hacia mi tienda de campaña acompañado del sonido de unos pasos. Inquieto por los ruidos, salto del saco de dormir con prisa, me pongo las zapatillas y agarro con una mano la linterna y con la otra sujeto la pala desmontable. Abro rápidamente la cremallera de la tienda y con la luz encendida salgo de un brinco de la tienda con la intención de espantar a aquello que me estaba acechando. Para mi sorpresa y mi espanto se trataba de un jabalí, que por suerte al ver la luz de la linterna, cambio de dirección y desapareció en la oscuridad de la noche.

Pasado el peligro, tome aire e intente relajarme, respire profundamente y poco a poco conseguí calmarme. Antes de entrar de nuevo a la tienda para arroparme en mi mullido y calentito saco, observe en el horizonte una tormenta eléctrica espectacular. Los rayos eran gigantescos e iluminaban todo el cielo. El único pensamiento que se me paso por la cabeza fue que por favor no se dirigiera hacia a mí, pero algo me decía que me la iba a comer entera. Me resguarde en mi tienda, esperando a algo que no quisiera que llegara, pero llego. En un abrir y cerrar de ojos la lluvia golpeo la tienda y los fuertes vientos amenazaban con saltar las piquetas con las que estaba sujeta al suelo. Los rayos iluminaban la tienda y parecía en todo momento que uno de ellos me iba a partir por la mitad. Los truenos eran ensordecedores y la ansiedad se apodero de mi, pero en un momento de lucidez en mitad de la violenta tormenta, tome la decisión de ponerme los cascos de música y conectarlos al móvil, ya que tiempo atrás leí que si te caía un rayo, la electricidad se transmitiría por los cables de los cascos al aparato electrónico al que estuviera conectado, haciendo así de toma de tierra  y tener una opción de salvar la vida en caso de que un rayo te alcanzara. Lógicamente el móvil estaba apagado, no quería tener ningún aparato electrónico encendido, la misma razón por la que no realice ningún video ni fotografía.

La tormenta duro apenas 15 interminables minutos, pero cuando paso, pude descansar como un bebe hasta la hora de montarme de nuevo en mi bicicleta Orbea.

El día siguiente fue sencillamente perfecto, el tiempo, la carretera, el paisaje y el lugar de acampada cerca de La Almunia de Doña Godina,  hicieron que la jornada fuera perfecta. Paso la noche y retome el camino. Después de numerosos puertos de montaña, y de estar retenido en una estación de servicio durante una hora por repentino aguacero, llegue por fin a Zaragoza. La vida de la ciudad me lleno de energía, disfrute  paseando por sus calles hasta llegar a la Plaza del Pilar, donde me compre unas pulseras de la bandera de  España con la estampa de la Virgen. Una para mí y otra para mi bicicleta, para que nos protegiera de los peligros  en el duro camino. También compre otra bandera de España pero esta mas grande, de unos 20 cm, para llevarla ondeando en las alforjas traseras, ya que con la que inicie el viaje la perdí en los días anteriores.

Después de reabastecerme de agua y alimentos, continúe mi camino hacia Lleida. Pensando por el camino decidí crearme un manual propio de supervivencia basado en reglas que poco a poco iría ampliando y que seguiría en todo momento con el objetivo de que me ayuden a seguir adelante con pie firme.

#1 No te fíes de nadie.

#2 No vayas en contra de la naturaleza, avanza junto ella.

#3 Haz caso a tus instintos.

Dejando Zaragoza atrás y después de una jornada de casi 150 Km pedaleados, me dispuse a buscar un lugar para acampar. Encontré una colina en el campo, situada a unos 100 metro de la N-II, parecía perfecta. Me dispuse a  montar el campamento empezando por  la tienda. Saque una piqueta para asegurar la primera zona de agarre  y al ir a clavarla esta se doblo como si de un regaliz se tratara, y de igual forma paso con la siguiente. Cogí la pala y me dispuse a cavar para sacar esa piedra tan porculera, pero di de lleno con la montaña. Al parecer esa perfecta colina era pura roca tapada con una fina capa de arena, era imposible montar la tienda. En ese momento  me percate de una clara señal que no había visto antes, a 15 metro estaba lleno de huellas de animal, no eran de cabra ni de oveja, eran de algo diferente ya que estaban sobre un barrizal que la lluvia de día anteriores había creado, se trataba de jabalíes. No lo dude y  siguiendo la regla #3, recogí toda mi equitación y salí a la carretera, cada vez el sol se ocultaba mas por el horizonte y la noche estaba más cerca.

Por suerte llegue a un pueblo llamado Peñalba, donde pude colarme en el polideportivo en plena noche y dormir al raso en un porche de la cafetería de las instalaciones.

Después de pasar una noche tranquila, retome el viaje atravesando paisajes que cada vez se parecían menos a los del comienzo del viaje, todo era más frondoso, los campos de cultivo se alzaban a ambos lados de la carretera  y los amigables ciclistas que me cruzaba me daban ánimos en todo momento. Después de atravesar Lleida y pedaleando por una carretera secundaria, en un momento de desorientación y de testarudez, a pesar de las claras normas de prohibición, tome la estúpida decisión de entrar un par de kilómetros por la A-2. Error!!!!!!! Apenas 50 metros avanzados, las sirenas de los Mossos me dan el alto y me empapelan castigando mi ya escueta cartera con 100 € de multa. Lo cual me lleva a la regla número cuatro.

4# Haz caso de las leyes.

Después del bajón, seguí la ruta hasta llegar al pueblo de Cerveras e hice campamento en un callejón apartado detrás de una iglesia. Mientras me preparaba la cena con el camping gas se me ocurrieron dos reglas más.

#5 Nunca desaproveches la oportunidad de abastecerte.

#6 Busca con tiempo el campamento, por lo menos 1 hora antes de que empiece el atardecer.

Mientras me preparaba la cena en aquel oscuro callejón, vi  a unos metros brillar un par de ojos iluminados por la luz de la linterna, era un gato. Sin darle más importancia, seguí cocinando en el camping gas hasta que volví a levantar la vista y esta vez ya no eran un par de ojos, sino varios de ellos, tanto a izquierda como a derecha mía. Tampoco le di importancia y empecé a cenar,  cuando termine me dispuse a dormir, me metí en el saco, apague la linterna y para comprobar la reacción de los lindos gatitos encendí la  luz de la linterna a los pocos segundos de haberla pagado. Lo que vi no fue nada terrorífico pero si muy inquietante, apenas en unos segundos de oscuridad, estaba completamente rodeado de gatos, al menos una decena de ellos. Del sobre salto decidí recoger todo el material y buscar en plena noche otro lugar donde no me acechara ningún animal. Por suerte encontré cobijo en una escuela infantil del pueblo, localizada a unos 500 metros donde por fin, pude descansar.

Al amanecer, retome el camino que me llevaría después de 5 días a Barcelona. Tras pedalear 712 Km desde el inicio del viaje, me esperaba una ducha caliente, comida casera y la primera cerveza del viaje en casa de mi hermana y mi cuñado, Rocío y Lucho.  En Barcelona pude descansar y abastecerme del material que me faltaba para continuar el viaje y centrarme en la siguiente prueba, salir de España y recorrer Francia por la costa azul hasta Italia.

Retomadas las fuerza y después de terminar de equipar la bicicleta con las alforjas delanteras, inicie de nuevo el camino hacia la frontera francesa. En Girona haría mi última parada antes de salir de la península, donde para mi sorpresa seria acogido por una pareja amigos de mi hermana. Amat y Saskia, no dudaron en abrirme las puertas de su casa en Girona, donde viven en una pequeña villa antigua situada cerca de la catedral. Mis intenciones iniciales eran de pasar la noche en la estación de tren, así que no es de extrañar lo agradecido que les estoy de poder haber disfrutado de una cama calentita, un buen desayuno, una buena ducha mañanera y como no, de su encantadora compañía.

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(Colorado On The Road, junto a Saskia y Amat)

Después de despedirme de mis anfitriones, doy una  vuelta turística por las calles de Girona antes de lanzarme de nuevo a la carretera.

De nuevo con la bicicleta preparada, me toca dar el siguiente paso decisivo en el viaje, salir de España. Cada pedalada que me acerca cada vez más a la frontera, produce en mi una extraña sensación de nostalgia que me provoca un nudo en el estomago.

Un pueblo llamado El Pertus, es el primer contacto que tengo con Francia nada más cruzar la frontera. Me es inevitable pararme y mirar atrás, le digo adiós a España y con ella, a mis seres queridos para los próximos dos años. En ese momento el sentimiento de soledad no se arraigo en mí, y no dejare que aparezca en ningún momento del viaje, puesto que os llevare a todos conmigo en el corazón.

Solo hay una frase que me ronda ahora la cabeza:

“Con el genio se inician las grandes obras, pero solo con el trabajo se llevan a cabo”.

6 comentarios en “ESPAÑA (EL COMIENZO)

  1. Escribo para animarte en esta aventura viajera de las de verdad ; yo salgo en bici de monte y hago y hacemos con mi compañera rutas por España -Catalunya ; viajamos fuera de España cada año y al ver como es la gente en paises donde andan mucho peor que nosotros en todo , te cambia la manera de ver el mundo .
    Seguro que al final del viaje , que terminarás con mil anécdotas de la gente , te quedará un regusto guai para años ¡.
    Muchos ánimos y estaremos pendientes de tu día a día.
    Saludos ¡¡.

    • Gracias por el apoyo, este viaje no solo es un reto deportivo sino también un reto personal, en el que lo más grato es la atención y cariño de la gente que estoy conociendo. Cuanto más pobre es un país más te sorprende, la gente es hospitalaria y me cuida sin pedir nada a cambio. La verdad, una pasada!!!!

  2. #1 No te fíes de nadie.
    Que triste comenzar algo tan hermoso con la desconfianza absoluta hacia toda la humanidad, espero que el viaje enseñe a tu corazón que no todo el mundo es malo, que no es necesario desconfiar de todos……y que la sabiduría máxima no es tanto recorrer, sino aprender a confiar en los demás, ya que nos enseñan todo lo contrario, y estoy segura que las vivencias que te depara tu sueño así te lo enseñara…..mucho animo y que aprendas……

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