INDIA

Etapas:

25/01/2014 Descanso en Amritsar.

26/01/2014 Descanso en Amritsar.

27/01/2014 Amritsar – Phagwara (104 Km).

28/01/2014 Phagwara – Ambala (151 Km).

29/01/2014 Ambala – Nueva Delhi (208 Km).

30/01/2014 Descanso en Nueva Delhi (9 Km).

31/01/2014 Descanso en Nueva Delhi.

01/02/2014 Descanso en Nueva Delhi.

02/02/2014 Descanso en Nueva Delhi.

03/02/2014 Descanso en Nueva Delhi (13 Km).

04/02/2014 Descanso en Nueva Delhi.

05/02/2014 Nueva Delhi – Hodal (100 Km).

06/02/2014 Hodal – Agra (105 Km).

07/02/2014 Agra – Taj Mahal (15 Km).

08/02/2014 Taj Mahal – Sarai Ikdill (135 Km).

09/02/2014 Sarai Ikdill – Kanpur (138 Km).

10/02/2014 Kanpur – Fatehpur (109 Km).

11/02/2014 descanso Fatehpur.

12/02/2014 Fatehpur – Allahabad (122 Km).

13/02/2014 Allahabad – Varanasi (134 Km).

14/02/2014 Descanso en Varanasi (6 Km).

15/02/2014 Descanso en Varanasi.

16/02/2014 Descanso en Varanasi.

17/02/2014 Descanso en Varanasi.

18/02/2014 Descanso en Varanasi.

19/02/2014Varanasi – Sasaram (126 Km).

20/02/2014 Sasaram – Madanpur (66 Km).

21/02/2014 Madanpur – Barakatha (117 Km).

22/02/2014 Barakatha – Dhanbad (100 Km).

23/02/2014 Dhanbad – Kaksa (130 Km).

24/02/2014 Kaksa – Kolkata (146 Km).

25/02/2014 Descanso en Kolkata (20 Km).

26/02/2014 Descanso en Kolkata.

27/02/2014 Descanso en Kolkata.

28/02/2014 Descanso en Kolkata.

01/03/2014 Descanso en Kolkata.

02/03/2014 Descanso en Kolkata.

03/03/2014 Descanso en Kolkata.

04/03/2014 Kolkata – Aeropuerto de Kolkata (19 Km).

India

Nada mas cruzar la frontera y entrar en la India, me subí de nuevo a la bicicleta pedaleando hasta la ciudad de Amristar, donde visualice por primera vez todas las imágenes que recogí con mi cámara en tierras Pakistaníes. No tuve tiempo de recuperarme emocionalmente de todo lo vivido, la necesidad de esclarecer la realidad de los hechos era mas urgente, y poder mostrar al mundo la terrible realidad que vive a diario la población Pakistaní.

Trabaje día y noche en la edición del video, en la redacción del diario y en cuanto tuve todo preparado, me subí de nuevo a la bicicleta pedaleando con fuerza hasta Nueva Delhi, con angustia y ansia por revelarlo todo.

Una vez en la capital india y sintiéndome mas seguro, publique toda la información que tenia en mis manos mostrando la realidad de los hechos, y estuve varios días atendiendo a la prensa.

El estrés no se despego de mi cuerpo y mi mente en ningún momento. Solo encontré un poco de calma, cuando retome el viaje. Era momento de mirar al futuro, seguir hacia delante y continuar con la ruta, pero siendo siempre consciente de que nunca podré olvidar todo lo que he vivido.

El primer día que deje atrás Nueva Delhi, cada segundo encima de la bicicleta me aportaba cada vez mas paz, ya que es cuando estoy pedaleando cuando encuentro mis momentos de reflexión mas profunda.

La primera noche me invitaron a acampar en el jardín de un lujoso hotel. Volver a dormir en la tienda de campaña me hizo sentir viejas sensaciones que pensaba que había olvidado. Había retomado la ruta, mis piernas volvían a pedirme descanso después de kilómetros recorridos, volvía a sentir el sudor en mi frente y el viento en mi cuerpo con cada pedalada, y a encontrar el reposo necesario en mi fiel tienda de campaña. Había vuelto al que considero mi hogar desde que inicie el viaje, estaba de nuevo en la carretera.

Con solo una etapa mas, alcance la ciudad de Agra y pude contemplar el Taj Mahal. Me maravillo la arquitectura mogola de la obra, la cual necesito mas de 20.000 hombres y 22 años para llevarla acabo, pero aún me fascino mas la historia que hay detrás. El emperador Shah Jahan, desolado por la muerte de su mas querida esposa, Mumtaz, ordenó la construcción del increíble mausoleo, como tributo a su eterno amor.

(Colorado On The Road visitando el Taj Mahal)

Después de contemplar el Taj Mahal durante horas, llego el momento de subirme de nuevo a la bicicleta, y continuar con el viaje hasta mi siguiente parada, Varanasi.

Circulando por las carreteras indias, observé infinidad de animales. Monos, ocas camellos, burros, búfalos de agua, cerdos, cabras, cuervos, aguilas…y como no, vacas por doquier. Los mosquitos me atormentaban por las noches, y al no encontrar la efectividad deseada del repelente, opté por la acertada decisión de dormir con la tienda dentro de las habitaciones de los económicos hoteles en los que me hospedaba.

El tráfico de la india es un equilibrado caos, en el que se mezclan todo tipo de vehículos en la calzada, comunicándose constantemente con el claxon y circulando sin seguir ninguna norma de circulación. Tan pronto me adelantaba un alocado Tuk Tuk, venía en dirección contraria un camión, saliéndome de la carretera para evitar ser arrollado, pero topándome con un carro tirado por burros y una enorme montaña de heces de vaca y basura. A pesar del alocado tráfico, pronto me hice a él, pero hay algo a lo que no te puedes adaptar, la excesiva polución del ambiente.

En mi camino a Varanasi encontré un nuevo obstáculo, el cual ya había asumido que sin duda alguna tendría que superar. En mi llegada nocturna a la ciudad de Fatehpur, mis piernas me pedían mas kilómetros, pero mi estomago clamaba reposo. Fue entonces cuando conocí a un joven indio, Raj, quien me guió a un hotel cercano y negoció el precio consiguiéndome una económica habitación de hotel, en la que pase 36 horas superando la madre de todas las diarreas.

colorado-on-the-road-india(Colorado On The Road junto a Raj, en Fatehpur)

Gracias al descanso y a la amabilidad de Raj, quien me acompaño a los “restaurantes” para que me preparan arroz y sopa en condiciones higiénicas, pude volver a ponerme en pie y subirme a la bicicleta, para pedalear dos etapas de 122 y 134 kilómetros prácticamente en ayunas, para finalmente llegar a Varanasi,

Fascinado por la espiritualidad que hay entorno a la ciudad de Varanasi y al río Ganges, pasé varios días conociendo mas sobre la religión Hindú.

colorado-on-the-road-vanarasi-india-rio-ganges(Colorado On The Road a orillas del río Ganges)

Cuentan que la ciudad de Varanasi surgió a partir de una lagrima de Shiva, que fue derramada en el río Ganges hace mas de 7000 años. Es el destino que todos los Hindúes desean, para ser incinerados después de fallecer y ser liberados del ciclo de muerte y reencarnación (Samsara), alcanzando por fin la paz eterna (El Nirvana). Pero hay cinco excepciones que no son cremadas, los niños menores de 10 años, las mujeres embarazadas, los considerados santos y los fallecidos a causa de una picadura de serpiente, pues son considerados puros, y por último los que han contraído la lepra.

En la ceremonia, el cuerpo del fallecido es transportado en una camilla hasta orillas del río Ganges, donde es sumergido para purificarlo, mientras el Dom, quien se puede considerar un maestro de ceremonias, prepara la pira funeraria en el Ghats, una pasarela de piedra construida a orillas del río Ganges. El hijo mayor del fallecido enciende la pira, y el fuego es supervisado por el Dom en todo momento.

colorado-on-the-road-rio-ganges-varanasi(Familiares despidiéndose de un ser querido, antes de encender la pira funeraria)

Pasadas las tres horas necesarias para llevar a cabo la cremación, el Dom recoge de las cenizas los huesos de la cadera que no se han consumido en el fuego, y los arroja al río Ganges, para finalmente apagar las ultimas llamas con un jarrón de barro dejándolo caer al suelo.

Las cremaciones están abiertas a todo el mundo, y es una parte de su cultura que comparten con todo el que quiera conocer mas acerca del Hinduismo. Pero hubo algo que me llamo la atención después de despertar de los 30 minutos que estuve absorto contemplando las llamas de la pira funeraria, no había mujeres locales presentes. Después de preguntar, un señor indio me explicó que las mujeres son mas propensas a llorar, y sus llantos interrumpirían el viaje del alma al Nirvana. Aquella explicación me hizo darme cuenta que no había nadie triste ni pensativo, pues solo estaban despidiendo a un ser querido, quien descansaría alcanzando por fin la paz eterna.

Pasados cinco días en Varanasi, continúe atravesando el norte de la India para alcanzar mi ultimo destino, Kolkata. En un principio me marqué el objetivo de pedalear en cinco etapas 680 kilómetros, pero a la mañana de mi segundo día después de dejar atrás Varanasi, un conductor de un todoterreno estacionado en el arcén de la carretera, tuvo el detalle de abrir la puerta justo en el momento que lo estaba rebasando. No tuve tiempo ni de frenar ni de esquivarlo, por lo que impacte de lleno contra ella.

La rueda delantera fue la primera en hacer contacto, siguiéndola mi rodilla y hombro izquierdo, antes de irme al suelo pasando de 25 a 0 Km/h en décimas de segundo. El golpe fue duro, pero por fortuna, no pasaba ningún otro vehículo en ese preciso momento, por lo que no fui arrollado en el tiempo que permanecí tendido en el suelo. El amable señor, mas preocupado por su querida puerta que por mi estado, se subió a su vehiculo lo antes posible dejándome atrás sin prestarme ningún tipo de ayuda.

No era momento para las lamentaciones, era momento de ponerse de nuevo en pie, sacar fuerzas para borrar el dolor físico y sustituirlo por la superación personal.

Con la rueda delantera inservible y totalmente doblada, cargue con mi fiel potro hasta un taller cercano, donde me puse manos a la obra. Encontrar una llanta a mi medida no fue tarea fácil, y al acoplar una pieza totalmente anticuada en el primer mundo en una moderna bicicleta, las horas de trabajo se alargaron hasta que cayo la noche.

colorado-on-the-road-taller-bicicletas-india (Colorado On The Road en el taller de bicicletas, rodeado por curiosos indios)

En ningún momento he pasado desapercibido en mi viaje por la India. Pare donde pare, a los pocos segundos tengo a varios curiosos indios observándome, y a los pocos minutos a decenas de ellos, por lo que mi estancia en el taller no iba a ser una excepción. Al terminar la reparación y debido a la imposibilidad de retomar la carretera a esas horas de la noche, un amable señor llamado Ranapratap, se acercó al taller y me pidió que le siguiera a un restaurante cercano donde me invitó a cenar, y donde habló con el encargado para que me dejaran dormir en una esquina del local .

A la mañana siguiente, Ranapratap vino a despedirse y a desearme buena suerte con mi aventura. Al subirme de nuevo a la bicicleta, pronto me di cuenta de que la rueda no era una circunferencia exacta, y que con cada rodada, me acompañaba constantemente la sensación de pedalear sobre infinitos baches, pero no le di importancia, pues había conseguido superar el obstáculo, podía seguir adelante, podía seguir luchando.

Las cuatro etapas que empleé para llegar a Kolkata, me sumergí de lleno en la vida de la India. Cada noche pedía permiso para dormir con la tienda en los restaurantes de carretera y en las gasolineras, recibiendo siempre una hospitalaria afirmación. Compartían su mesa conmigo, me alimentaban con la real comida de la India, no la que encontramos en un restaurante para turistas, sino la humilde comida que ellos tienen en su día a día. Dormía junto a ellos, escapando del voraz apetito de los insufribles mosquitos bajo la protección de mi tienda, y esquivando la basura y las ratas para hacer mis necesidades en mitad del campo. Lo que para mí era una parte mas del viaje y de la aventura, para ellos era su día a día

Desde que entré en la India viví experiencias que hicieron tambalear mis ánimos. Aguante durante horas las largas entrevistas en Nueva Delhi para esclarecer los hechos de Pakistán, reviviéndolos constantemente. Me integré en el caótico trafico de la India hasta formar parte de él, volví a erguir la espalda después de que me la encogieran los retortijones de la tremenda diarrea en Fatehpur, volví a ponerme en pie cuando la puerta de un coche me lanzó al suelo, volví a subirme a la bicicleta cada mañana después de dormir rodeado por las ratas, volví a dejarme claro que pase lo que pase, siempre tendré la confianza en mí mismo para seguir luchando, para seguir adelante. Pero aún me quedaba ver la cara mas dura de la India.

A mi llegada a la ciudad de Kolkata, me hospedé en un económico hotel en Sudder Street, donde para mi sorpresa encontré un café español. Cuando me acerqué para saciar mi curiosidad, me encontré con un ambiente internacional en el que se juntaban jóvenes de todas las nacionalidades, incluida la española.

Enseguida entablé conversación con dos viajeros españoles, quienes estaban en Kolkata como voluntarios en la Casa Madre Teresa. Fernando, ex legionario, y Bernardo, ex Guardia Civil, pronto me pusieron al tanto de la gran labor que llevan a cabo las Hermanas de la Caridad, y junto con la ayuda de Daniel, un voluntario estadounidense que llevaba cerca de seis meses ayudando a los desamparados, no lo dudé un segundo y al día siguiente me registre como voluntario en la Casa Madre Teresa.

colorado-on-the-road-kolkata(Colorado On The Road junto a Fernando y Bernardo, en el café español)

Lo único que hace falta, es presentarse un lunes, miércoles o viernes en Shishu Bhavan a las 15:00 con tu pasaporte. Antes de iniciar el registro, nos dieron una extensa charla informativa de la situación actual en la ciudad, de la que quisiera remarcar, que en ella nos pedían que antes de ayudar a una persona por nuestra cuenta en la calle, contactásemos con una ONG o con un voluntario de mas experiencia, ya que los niños y los adultos son explotados para llevar a cabo la practica de la mendicidad. La comida que le los turistas les compran para su consumo, acto seguido la revenden para al final del día rendirle cuentas a sus “jefes”, y miles de niños y adultos con problemas físicos o mentales son abandonados en los Slum y en las estaciones de trenes, donde con seguridad acabarían falleciendo o en manos de los traficantes de personas, sino fuera por la labor de las ONGs y la Casa Madre Teresa.

Después del registro, me destinaron por las mañanas al centro de Prem Dam y por las tardes al centro de Kalighat, para poder ayudar a las hermanas en las tareas de mantenimiento de las instalaciones, y en las atenciones de los moribundos y desahuciados que alojan.

Pero tendría que esperar un día para iniciar mi voluntariado, puesto que me registre un miércoles y los jueves es el día libre de los voluntarios. Pero el día no sería desaprovechado, pues Fernando se había puesto en contacto con dos ONGs que trabajan en la ciudad, y me invitó a acompañarle para poder colaborar documentando su gran labor.

En la mañana del jueves, nos presentamos en el centro de Hope Foundation (www.hopechild.org), una ONG irlandesa que desde hace años trabaja en la ciudad de Kolkata. Allí nos recibió Jenny, una de las directoras de la ONG, quien puso a nuestra disposición a Gora, nuestro guía.

La primera parada la hicimos en el hospital de la fundación, donde lo que para nosotros sería un hospital normal del primer mundo, allí era todo un logro llevado a cabo con mucho esfuerzo. Alejado de la realidad de los hospitales del gobierno, en los que los perros, gatos, ratas y cucarachas comparten habitación con los hospitalizados en unas condiciones deplorables, Hope Foundation había conseguido abrir, gracias a las donaciones, un hospital con sala de Rayos X, ecografía, quirófano y dos plantas para atender a los hospitalizados, y todo ello con unas condiciones perfectas de higiene y sanidad.

colorado-on-the-road-kolkata-hope-fundation (Planta de internos en el hospital de Hope Foundation, donde una voluntaria ayuda a las enfermeras)

Pronto nos pusimos de nuevo en marcha para visitar los Slum, asentamientos en los que vive la gente en hogares improvisados y en la mas absoluta miseria., donde la ONG había abierto escuelas para dar educación a los niños.

colorado-on-the-road-kolkata-slum(Niños de las escueles de Hope Foundation en los Slum)

Pero la labor de la ONG no termina ahí. Muchos niños son abandonados en los Slum y en la estación de tren, y son acogidos en orfanatos construidos por la Fundación, donde no solo se les proporciona alimento, ropa, educación y un hogar a los menores, sino que también son tratados con cercanía y cariño.

Además, Hope Foundation ayuda a otras 12 ONGs para que puedan llevar acabo su gran labor. Una de ellas es Girl2B (www.girl2b.org), quien nos mostró un orfanato de acogida listo para abrir sus puertas a 52 niñas abandonadas, salvándolas de las calles, de los traficantes de seres humanos y de la miseria.

colorado-on-the-road-kolkata-girl-fudation(Orfanato de Girl2B preparado para acoger a 52 niñas abandonadas)

Después de haber conocido la dureza de las calles de Kolkata, fue esperanzador comprobar como Hope Foundation (www.hopechild.org) y Girl2B (www.girl2b.org), dan un rayo de esperaza.

En la mañana del jueves, madrugué para llegar puntual a las 07:00 a la Casa Madre Teresa, e iniciar mi primer día de voluntariado. Después de un breve pero agradecido desayuno, que consistía en un poco de pan, un plátano y un té, se abrían las puertas y los voluntarios nos organizábamos en grupos según el centro que nos habían asignado.

Pronto el grupo de Prem Dam se puso en marcha, y a las 08:00 iniciamos nuestras tareas ayudando a las hermanas en el duro trabajo que conlleva mantener las instalaciones. Comenzábamos tendiendo la ropa y limpiando los suelos, para después dar el té con galletas a los residentes, adultos desahuciado y moribundos, con problemas físicos y mentales que fueron abandonados en la calle a su suerte, y que las hermanas acogieron salvándoles del trágico final que les deparaba. Nuestra labor no terminaba ahí, también las ayudábamos a servir la comida y a fregar los utensilios de cocina, y también dábamos a los residentes la atención y el amor que merecen. A la llamada de “brother”, nos acercábamos cualquier voluntario para atender la petición del residente, que casi siempre era un simple saludo con la mano, un abrazo o unos minutos de atención.

colorado-on-the-road-kolkata-voluntariado (A las puertas de Prem Dam, en mi primer día de voluntariado)

Después de ver las calles de Kolkata, de comprobar la miseria en la que llegan a vivir las personas, fue esperanzador ser testigo de la gran labor que llevan a cabo las hermanas, dando un trato humano a las personas rechazadas por la sociedad, en un centro limpio, higiénico, digno y con todo el cariño del mundo.

Pero el día continuaba, y mi labor se trasladaba por la tarde al centro de Kalighat, donde durante la primera hora teníamos un contacto mas cercano. Dábamos masajes a las personas que tenían los músculos atrofiados, ayudábamos en la higiene personal y en los momentos libres, simplemente hacíamos compañía a los residentes, quienes daban una palmadita en la cama como señal para que te sentaras a su lado. La comunicación era complicada, todos hablaban Hindi o Bengalí, y pocos eran los que hablaban inglés, pero había una palabra que aprendieron rápidamente:“Thank you”.

La segunda hora les dábamos la cena y ayudábamos a las hermanas a limpiar los utensilios de cocina. Cada día después de terminar el voluntariado, nos reuníamos jóvenes de todas las nacionalidades en Sudder Street, para cenar juntos y compartir una cerveza en un ambiente internacional, en el que se respiraba el buen rollo.

colorado-on-the-road-kolkata-grupo-voluntariado (Colorado On The Road junto a otros voluntarios en Sudder Street)

Mis cuatro días de voluntariado pasaron con normalidad, pero en una de las tardes en Kalighat, había un voluntario japonés que trajo pasteles para todos los residentes. En el momento que estaba junto a Fernando atendiendo a un hombre, este cogió el dulce con la mano, lo partió en tres y nos dio un trozo a cada uno. No tengo que imaginar la cara que se me puso, pues era la misma que tenia Fernando por el inmenso gesto de generosidad que habíamos recibido.

Mi ultimo día en Kalighat, fui testigo de algo que no estaba preparado para ver. Cuando estaba dando un masaje a un hombre con el cuerpo paralizado después de haber sufrido tres ictus, vi, dos camas mas adelante, como un voluntario estadounidense le sujetaba la mascarilla de oxigeno a un residente en estado crítico, el cual luchaba por cada bocanada de aire. En ese momento no era consciente de que estaba presenciando sus últimos segundos, ya que minutos después, el hombre falleció.

Las hermanas rezaron una oración por el alma del difunto, y todos los voluntarios coincidimos en que al menos ese hombre no había muerto solo en la calle y sin cuidados, había vivido sus últimos momentos con atención, con dignidad y había tenido a su lado, a una persona que sin conocerla de nada, le demostraba su amor.

Terminado mi voluntariado y después de despedirme de todas las amistades, era momento de continuar el viaje, de subirme a un avión y alcanzar el sudeste asiático. Me fui pensativo en mis ultimas pedaladas en la India camino al aeropuerto, donde me embarcaría con destino a Bangkok. Una clara visón me llevo de todo lo que he presenciado en Kolkata:

«Aquel que realmente muere pobre, es aquel que vive sin amor.»

India: Agra.

India: Desde Agra a Varanasi.

India: Varanasi.

India: Desde Varanasi a Kolkata.

India: Kolkata.

13 comentarios en “INDIA

  1. He disfrutado mucho con tu relato de Calcuta, me ha traido muy buenos recuerdos. Estaba deseando que contases algo de ésto… y resulta que estuviste de voluntario en la misma casa que estuve yo! Es una experiencia que deja muy marcado el ver cómo se les devuelve la dignidad a las personas a través del amor…
    Estás enseñando mucho a mucha gente, síguenos contando!
    Mucho ánimo y oraciones!

  2. Hola javier le diste duro ala bici me impresiona las etapas largas y seguidas . por aqui en venezuela esta biciclown alvaro neil, saludos y que Dios te proteja de todo mal y peligro.

    • Gracias Juan,

      Ya estoy cerca de la frontera de Laos, la verdad que cada etapa me sorprende más: la generosidad de la gente, la cultura, los paisajes.. cada pedaleada es enriquecedora.

      De nuevo, mil gracias por tu apoyo incondicional.

  3. Ánimo Javier, te deseo todo lo mejor y te envio toda mi fuerza vital para que cada pedalada te ayude a superarte en el día a día. Como te he comentado en algua ocasión tu esfuerzo también nos ayuda a los demás.
    UUUUUFFFFFFFFFFFF qué kilometrada, eres digno de admiración.
    ¡Qué pasada de vivencias! Ojalá tengamos ocasión de escucharte en persona; seguro que algún día te vienes a la Rioja.
    Un abrazo cargado de los mejores augurios, estrecho y efusivo, de los de verdad con palmadas en la espalda.
    Jq

    • Muy buenas Santiago,
      Pues estoy en Laos, a 170km de la frontera con Vietnam, mañana pasaré mi última noche en este país. Voy colgando fotos en mi página de Facebook, las actualizaciones del diario las voy haciendo poco a poco, prometo sentarme pronto un día en un cibercafé para poneros al día con mis diarios.
      Aquí te dejo el enlace a mi página de Facebook, que prácticamente cada día cuelgo alguna cosilla!!
      https://es-es.facebook.com/coloradoontheroad
      Un fuerte abrazo

  4. Hola Javier, enhorabuena por la proeza que estas haciendo, te seguimos mucha gente desde España, te queria preguntar, como haces para encontrar los hoteles y orientarte en esas ciudades de callejuelas sin carteles ni nada? un saludo

    • Gracias Raúl,

      Pues el mejor guía es la gente local de cada ciudad. Siempre están dispuestos a echarte una mano y me ayudan a encontrar la zona de hostales baratos. Allí voy preguntando hasta encontrar el que mejor se ajusta a mis necesidades.

      Un saludo

  5. Perdona mi ignorancia. Quisiera saber por qué hiciste en avión el tramo Calcuta-Bangkok. Dejaste sin hacer Bangladesh y Mianmar por algún motivo en especial?

    Saludos!

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