USA: CALIFORNIA, NEVADA, UTAH Y ARIZONA

Etapas:

06/07/2014 San Francisco – San José (105 Km).

07/07/2014 San José – Casa de Fruta (119 Km).

08/07/2014 Casa de Fruta – Kerman (160 Km).

09/07/2014 Kerman – Fresno (30 Km).

10/07/2014 Descanso en Fresno.

11/07/2014 Fresno – Woodlake (125 Km).

12/07/2014 Woodlake – Pinewood (70 Km) (Entrada en Sequoia National Park).

13/07/2014 Pinewood – Lindsay (110 Km).

14/07/2014 Lindsay – Edison (121 Km).

15/07/2014 Edison – Ricardo Campground (121 Km).

16/07/2014 Ricardo Campground – Carretera 190 (124 Km).

17/07/2014 Carretera 190 – Stovepipe Wells Village (108 Km) (Entrada en Death Valley National Park).

18/07/2014 Stovepipe Wells Village – Amargosa Valley (100 Km) (Entrada en Nevada).

19/07/2014 Amargosa Valley – Indian Springs (97 Km).

20/07/2014 Indian Springs – Las Vegas (95 Km).

21/07/2014 Descanso en Las Vegas.

22/07/2014 Descanso en Las Vegas.

23/07/2014 Descanso en Las Vegas.

24/07/2014 Las Vegas – Glendale (92 Km).

25/07/2014 Glendale – Beaver Dam (75 Km).

26/07/2014 Beaver Dam – Hurracane (83 Km) (Entrada en Utah).

27/07/2014 Hurracane – Kanab (109 Km).

28/07/2014 Kanab – Page (128 Km) (Entrada en Arizona).

29/07/2014 Page – Cameron (135 Km).

30/07/2014 Cameron – Grand Canyon National Park (95 Km).

31/07/2014 Grand Canyon National Park – Williams (100 Km).

01/08/2014 Williams – Via de Servicio I40 (159 Km).

02/08/2014 Via de Servicio I40 – Needless (125 Km) (Entrada en California).

03/08/2014 Descanso en Needless.

04/08/2014 Descanso en Needless.

05/08/2014 Needless – Amboy (125 Km).

06/08/2014 Amboy – Barstow (125 Km).

07/08/2014 Barstow – Victorville (55 Km).

08/08/2014 Victorville – Los Angeles (165 Km).

09/08/2014 Descanso en Los Angeles.

10/08/2014 Descanso en Los Angeles.

11/08/2014 Descanso en Los Angeles.

12/08/2014 Los Angeles – Old Pacific Highway (126 Km).

13/08/2014 Old Pacific Highway – Tijuana (126 Km) (Entrada en México).

Estados Unidos: California, Nevada, Utah y Arizona

Después de visitar el Golden Gate con mis amigos del Grupo Imagine, vuelvo a cruzar todo San Francisco para salir por el puente sur y alcanzar así San José.

Ahora me tocaba iniciar el segundo gran tramo de mi ruta por Estados Unidos, el cual me llevaría a cruzar las Rocosas por tercera y cuarta vez y a encarar una de las pruebas más duras del viaje.

Después de pedalear 5 etapas llegue a la entrada del Parque Nacional de las Sequoias. Desde la base de la montaña contemple uno de los puertos de montaña más complicados a los que me he enfrentado. Aunque empecé a escalarlo con toda la claridad del día, las agotadoras subidas ralentizaron tanto mi paso que la noche me alcanzo cuando me adentraba en el inmenso bosque de sequoias.

Al igual que en la mayoría de los parques nacionales que he visitado en Estados Unidos, la presencia de la vida salvaje no es algo para tomarse a broma, y un automóvil que venía en dirección contraria se paro para advertirme, de que había visto cruzar la carretera a un oso negro 4 kilómetros carretera arriba. No soy la clase de persona que se da por vencido a la primera de cambio, por lo que conteste al amable conductor en un ingles cada vez más depurado: «Tranquilo, estaré bien»

Osos negros, pumas y ciervos eran los animales más comunes de gran tamaño en el bosque. Con la oscuridad de la noche y sin apenas un rastro de luz por parte de la luna, avanzaba sigiloso por la intransitada carretera con la esperanza de llegar lo antes posible al primer campground.

Cada ruido me exaltaba cada vez más, hasta que uno de ellos lo oí tan cerca que me hizo bajar de la bicicleta, ponerla de barrera entre el ruido que cada vez se acercaba mas y mas hacia mí por un lado de la carretera, y desenfundar mi cuchillo. Mirando a la pared de oscuridad que se alzaba entre los troncos de las inmensas sequoias. Simplemente mantenía mi posición mientras me repetía una y otra vez: » Solo una presa huye». No era momento de mostrar debilidad ni de tratar de adivinar cuál era el animal que se aproximaba a mí, lo único que sabía que por la forma de crujir las ramas del suelo, era uno grande.

Me da vergüenza admitir directamente que fue lo que empecé a gritar para espantar al animal, producir la mayor adrenalina posible y subirme las revoluciones mientras agarraba con fuerza el cuchillo, pero si diré que las saque de una película cuyo título es el resultado de multiplicar 6×50. Finalmente solo escuche como el crujido de ramas se alejaba de mí. Nunca sabré si lo que tuve delante fue un ciervo o un oso negro. Por fortuna llegue a la zona de campamento sano y a salvo, pude descansar después de una merecida cena y madrugar para visitar el árbol más grande del mundo, el General Sherman.

Con 11 metros de diámetro y 84 metros de altura, el General Sherman se ha especializado en dar dolor de cuello al intentar apreciar su copa, y a hacernos sentir como unas hormiguitas a su lado.

1(Colorado On The Road en la base del General Sherman)

Viví momentos muy emocionantes en el bosque de las sequoias gigantes, pero era hora de bajar el puerto de montaña y continuar hasta mi siguiente objetivo, cruzar el Death Valley.

Con la luz del día y bajando la ladera, me despedía del frondoso bosque para dirigirme a la caldera de Estados Unidos. La inaccesibilidad de la cordillera montañosa, me llevaría a dar un rodeo de 500 kilómetros, llevándome primero hacia el sur para cruzar por tercera vez las Rocosas y volver posteriormente hacia el norte, para alcanzar así la carretera que me llevaría al desierto.

A medida que avanzaba hacia mi objetivo, el desierto de California no se hizo de rogar, y poco a poco la temperatura iba subiendo hasta alcanzar los 45 ºC. La primera medida para soportar el calor y que no ralentizara mi avance, fue cubrirme el cuerpo entero. Manga larga, guantes, cullote largo, sombrero y cara tapada. Cuanta menos piel expusiera a los fuertes rayos del sol, más protegido estaría.

2(Colorado On The Road a punto de cruzar las rocosas por tercera vez)

Una mañana sonó el despertador a las 06:00 am como de costumbre, me desperté y salí de la tienda, había acampado a un lado de la carretera en mitad del desierto, parecía un día normal pero no lo era, hoy tocaba entrar en el Death Valley. Un desayuno rápido y sin perder tiempo empecé a pedalear, la temperatura superaba los 30 ºC a las 10:00 am, y en cuanto baje la montaña para adentrarme en el valle la temperatura se disparo. Mi primera parada para reabastecerme de agua y comida fue Panamint Springs.

3(Colorado On The Road en la entrada al Death Valley)

Con 9 litros de agua y a más de 50 ºC de temperatura, encare un puerto de montaña de 1511 metros de altura. No era momento para hacer sobreesfuerzos y olvidarse donde estaba, tenía que ser paciente y pedalear lento pero seguro. Cuando alcance la cima había gastado casi 4 horas en recorrer apenas 21 kilómetros, pero lo había logrado. Bajar la ladera no fue como cualquier otra, el aire venia tan caliente que me empezó a quemar la cara, las manos y a asarme vivo.

Una vez llegue a Stovepipe Wells Village, busque una forma de acampar a pesar de que mis intenciones al comienzo del día eran las de avanzar 40 kilómetros mas, pero estaba agotado. Viendo el sol ponerse en el horizonte no significo que el calor se fuera a relajar, un fuerte viento arrastraba todo el calor que la roca acumulo durante todo el día. Cerrando los ojos a las 23:00  la temperatura era de 40 ºC, estaba durmiendo en el mismísimo infierno.

Al amanecer el objetivo del día estaba claro, salir de ese horno y dejar de derretirme como un pedazo de mantequilla en una sartén. Mi primera parada fue alcanzar Furnace Creek, con una elevación de -60 metros con respecto el nivel del mar, y donde todo el calor del sol se concentraba. Una vez cargue la bicicleta con litros y litros de agua, salí de la pequeña villa con el sol pegando de frente a 55ºC, la mayor temperatura a la que me he enfrentado jamás en mi vida.

4(Colorado On The Road atravesando el Death Valley)

Pasar horas y horas bajo el agobio del calor pasa factura, pero me llamo mucho la atención  al parar periódicamente en busca de un pedazo de sombra, siempre encontrar un pequeño arbusto de hojas verdes totalmente adaptado al extremo clima. Al fin y al cabo, la vida siempre se abre camino.

Conseguir entrar y salir del Death Valley a lomos de mi potro en pleno mes de Julio, fue todo un triunfo digno de una recompensa, pero aun debía ser paciente ya que esta me esperaría en Las Vegas. Por fin llegue a la mítica ciudad del estado de Nevada con apenas 200 kilómetros mas de esfuerzo, donde me esperaba un económico hostal, una ducha, dormir en cama arropado entre sabanas limpias bajo el frescor del aire acondicionado y como no, una cerveza de la victoria bien fría.

5(Colorado On The Road llegando a Las Vegas)

Me gustaría contar más sobre mi paso por Las Vegas, pero como dice la frase: «Lo que pase en Las Vegas, se queda en Las Vegas», aunque si me gustaría remarcar que después de haber viajado por zonas de extrema pobreza, de haber compartido y recibido con el que menos tiene y de haber pasado tanto hambre en algunas partes del viaje, ver una ciudad que sin duda alguna es un claro sinónimo de lo desproporcionado, la exageración, el derroche y del capitalismo extremo, me hizo pensar que opinarían cualquiera de los amigos que hice en la India si visitaran Las Vegas.

Después de cuatro merecidas noches de descanso y con un nuevo agujero en el bolsillo, por haber sido tan iluso de pensar que con 50 dólares conseguiría reventar la banca del Bellagio, fue hora de ponerse de nuevo en marcha.

Por delante tendría que salir de Nevada en mi camino hacia el oeste, entrar momentáneamente en Utah y finalmente en Arizona, para ver completado uno de los principales objetivos del proyecto Colorado On The Road, visitar el Cañón del Colorado. En mi quinto día desde que salí de Las Vegas, llegue a la ciudad de Page y pude contemplar por primera vez en mi vida el río Colorado.

6(Colorado On The Road junto al río Colorado)

Cuando avanzaba subiendo el puerto de montaña que me llevaría a la entrada del Grand Canyon National Park, me lleve una sorpresa que jamás pensaría que tendría. El motero con quien coincidí en la India llendo camino a la ciudad de Agra para visitar el Taj Mahal, justo estaba bajando la cuesta que yo subía. Me miro, le mire y acto seguido nos reconocimos al mismo tiempo. Desde luego, hay que reconocer que el mundo es un pañuelo, después de 6 meses y más de 12.000 kilómetros más en los pedales, el destino nos vuelve a encontrar.

7(Colorado On The Road junto a un motero alemán. En la imagen de la izquierda en la India y en la imagen de la derecha en Arizona)

Algo que suele pasar mucho a los viajeros, es que cuando una va al norte y el otro al sur, los encuentros son realmente breves, pero aun así fue un momento digno de recordar, y sobre todo de inmortalizar.

Finalmente, cuando el sol estaba cerca de desaparecer y dejarme sin mi primera impresión del Gran Cañón después de todo el día subiendo la colina, llegue a mi gran parada con los últimos rayos de luz. Antes de tomar la primera fotografía, tenía claro lo que mi corazón me pedía. Apoye la bicicleta, me acerque a un saliente de la ladera con las mejores vistas que jamás halla observado, me puse de rodillas, cogí aire mientras levantaba los brazos y grite a pleno pulmón:»¡¡¡Victoryyyy!!!» .Fue maravilloso escuchar el eco de mi voz.

8(Colorado On The Road en el Gran Cañón del Colorado)

Cuando me prepare para dormir en el campground, me puse la alarma bien temprano, pero esta vez no para pedalear sino para tomarme mi tiempo para desayunar tranquilamente disfrutando de las vistas. De todos modos era lo único que podía hacer,  ya que ni de broma me podía permitir ninguna de las excursiones que me ofrecían en el parque, pero a mí me valió.

Llegado a este punto solo quedaba volver de nuevo a la costa, dejar atrás Arizona y entrar de nuevo en California para llegar a Los Ángeles, llevando así mi última gran etapa, pero eso sí, lo haría al más puro estilo americano, pedaleando por la histórica Ruta 66.

9(Colorado On The Road atravesando la histórica Ruta 66)

Lo malo de llevar acabo tantas etapas seguidas ya no es solo el desgaste físico y mental, ni la falta de higiene al ponerme día tras día la misma pegajosa ropa sin poder ducharme, lo peor son las consecuencias que lo anterior tiene. Las irritaciones y las llagas en el trasero y en las joyas de la corona de todo varón que se precie, me hacen temblar de escalofríos cada noche al despegarme el culotte. Pero es mejor no pensar en las incomodidades del camino, y mantener la moral alta con las recompensas que esperan al final de este. La mía me esperaba en Los Ángeles, donde la hermana mayor de un amigo me hospedaría en su casa,  me recibiría como se tiene que recibir a un español de pelo en pecho, con una cerveza y un buen plato de jamón serrano, esos sí, después de la urgente ducha.

10(Recibimiento a Colorado On The Road en Los Ángeles)

En Los Ángeles principalmente pude descansar y liberar parte del trabajo que se acumula con cada pedalada que doy. Aun así Mariana, mi hospedadora, junto a su prima Paty que estaba de visita, me dieron un tour por toda la ciudad visitando el puerto de Santa Mónica, el final de la Ruta 66, el gimnasio en el que entreno Arnold Schwarzenegger, la casa en la que se rodo los exteriores de la serie El Príncipe de Bel Air, el paseo de la fama, el Teatro Chino, las escaleras de los Oscar y el mítico cartel de Hollywood.

A la hora de poner rumbo a la frontera con Tijuana y entrar en México, me estaba despidiendo de un país en el que lo había vivido casi todo. Desde que entre en Estado Unidos había atravesado todos los estados de la costa oeste descontando Oregon, había pedaleado por Washington, Idaho, Montana, Utah, Wyoming, Nevada, California y Arizona, había atravesado los Parques Nacionales de Yellowstone, Grand Teton, Tahoe, Sequoia, Death Valley y Grand Canyon. Había visto desde los densos bosques del norte hasta las llanuras desérticas del sur, había vivido un festival tan salvaje como lo es el Sasquatch Music Festival, me había acercado un poco mas a Kurt Cobain en Seattle, y conocido mas sobre mí al pedalear a 55 ºC en el Death Valley. Había visitado el árbol mas grande del mundo, vivido el 4 de Julio en San Francisco, pedaleado cual motero por la Ruta 66 y me había atiborrado de comida basura. Había cruzado cuatro veces las montañas rocosas en bicicleta, perdí 50 dólares dejado llevar por la codicia en la mesa del Black Jack del Bellagio, y cruce la frontera hacia México con el visado caducado por dos días…..había vivido toda clase de aventuras, pero ahora tocaba empezar una nueva.

El día antes de ponerme de nuevo en marcha, tome la decisión de desistir en mi persistente labor de encontrar un sponsor que se involucrara en los gastos que tengo que soportar en el desarrollo de tan ambicioso proyecto. De nada sirve que entregue toda mi pasión en la carretera, sino tengo dinero para cargar mi cuerpo de combustible. Por ello decidí crear una campaña de Crowdfunding para intentar recaudar los 7000 € con los que podría terminar el viaje antes de que mis fondos se agoten.

“Con vuestra fuerza y apoyo, podre seguir respondiéndoos con todo mi coraje y corazón.”

11(Colorado On The Road)

Death Valley:

Gran Cañón del Colorado: